Todos los padres estamos ansiosos por ver a nuestros hijos hablar. Es importante aclarar que los bebes desde el momento que nacen ya se están comunicando.
Desde el momento que él bebe nace aprende las maneras para comunicarse con nosotros, cuando tiene hambre, cuando requiere cambio de pañal, o cuando está molesto por alguna situación.
Él bebe es capaz de llamar la atención con la mirada, el impulso inmediato del adulto es hablarle, lo cual es de suma importancia para estimular la comunicación. Nuestras palabras sirven como estímulo para el área del lenguaje, lo cual les ayuda a desarrollar palabras. Otra cosa fundamental es que mediante el lenguaje ellos van comprendiendo sobre sí mismos y el mundo que los rodea.
Cuando él bebe necesita algo, lo primero que hace es dirigirse a nosotros. Establece un vínculo y somos totalmente preferentes que a los demás. El niño es totalmente igual que los adultos, cuando se enferma esta triste, se pone alegre cuando estamos con él, siente miedo ante ruidos extraños. Es capaz de buscar soluciones frente a sus estados de ánimo… cuando esta triste necesita del contacto físico con sus padres, o si siente miedo llora y grita, cuando está feliz nos contagia de risas y gorgoritos. Él bebe percibe y entiende todo, al igual que nosotros a él.
El niño pequeño tiene la capacidad de expresarse, todo lo que hace con su cuerpo tiene un porque, cuando siente algún dolor se arquea, cuando se siente bien lo vemos relajado. Lo único que hay que hacer a observar sus conductas corporales. Por ejemplo: cuando él bebe coloca la mano sobre el pecho de la madre está estimulando la hormona del amor (oxitocina), esta hormona favorece su humor a medio plazo al mismo tiempo que estimula el vínculo con su madre.