Prevención de accidentes en el agua

Los accidentes se pueden evitar. La mejor forma de prevención de accidentes es educar a nuestros niños para que adopten hábitos de autocuidado en todas sus actividades cotidianas. Este aprendizaje debería comenzar cada vez que se inicie una nueva actividad y bajo una adecuada supervisión. Esta es la mejor herramienta para asegurar a nuestros niños una infancia segura y feliz. El agua constituye uno de los lugares más frecuentes de accidentes, sobre todo relacionado a la natación en piletas o fuentes de agua naturales (ríos, mar, lagos, etc.). Sin embargo no deben olvidar que unos pocos centímetros de agua es todo lo que se necesita para que ocurra un accidente, tal como podría ocurrir en bañaderas, piletas inflables o cualquier otro lugar. Las estadísticas mundiales muestran que los dos grupos etáreos con mayor incidencia de accidentes serios en el agua, son los preescolares (menores de 5 años) y los adolescentes (15 a 19 años). Enseñar a nadar a sus niños es muy importante, la edad de inicio recomendada es a partir de los cuatro años. Pero el hecho que un niño sepa nadar no significa que él estará seguro en el agua. Por ello los niños deben tener supervisión adulta siempre que estén en el agua o cerca de ella,
NO IMPORTA SU EDAD Y EL HECHO QUE SEPAN A NADAR.

Recomendaciones para el uso seguro del agua en piletas y fuentes de aguas naturales
1 – Los niños deben tener supervisión visual constante. Todo adulto responsable de dicha supervisión debe saber nadar.
2 – Enseñe a sus niños reglas de seguridad y refuércelas cada vez que vaya al agua. Avisar a un adulto para que lo supervise antes de entrar al agua. No correr. No empujar a otros al agua. No nadar solo. No nadar durante tormentas y o relámpagos. No sumergirse o bucear excepto cuando está permitido y supervisado por un adulto. No jugar en el borde de la pileta. Pedir permiso y tener supervisión de un adulto antes de entrar en una pileta privada
3 -Las piletas deben estar totalmente cercadas (360º). Los cercos deben tener no menos de 1.50 mts de alto, y los barrotes que lo forman estar separados por una distancia no mayor a 10 cm, entre ellos y con la pared, para evitar que el niño pueda pasar por ese espacio. Las puertas de acceso deben tener picaportes de autocerrado colocados a una altura que no pueda ser alcanzado por los niños, la llave debe ser guardada en un lugar seguro, fuera del alcance de los niños. Debe haber salvavidas de arrastre disponibles.
Recuerde que los elementos vistosos en el borde de la pileta pueden atraer a los niños. El agua de la pileta debe estar siempre limpia y clara.
4 – Enseñe a sus niños a no usar juguetes inflables ni colchonetas de agua como salvavidas. Ellos pueden desinflarse y el niño hundirse.
5 – Enseñe a sus niños a pedir auxilio en caso que vean a alguien con dificultades en el agua. No deben ingresar a la misma, pero pueden arrojar un elemento de flotación al accidentado e inmediatamente pedir socorro efectivo.
6 – Pruebe la temperatura del agua antes de permitir que los niños entren ; las aguas muy frías pueden causar problemas serios en la respiración y calambres.
7- Los niños con necesidades especiales (discapacidad, epilépticos, etc.) tienen un riesgo 4 veces mayor de sufrir ahogamientos. No lo olvide e intensifique la supervisión.

El agua puede ser una fuente de gran placer, pero también un peligro potencial. Enseñe e inculque a sus hijos hábitos adecuados de autocuidado. Tome precauciones. Prepárese para una emergencia. Prevenga accidentes.

Sociedad Argentina de Pediatría

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