por Irene
Si hay algo que me apesta es cuando la gente comienza a usar el recurso de tener una guagua para ausentarse de panoramas o dejar de hacer algo, cuando la verdad es que no es que esté complicada realmente por los niños, sino que no quiere decir que le da lata.
Obviamente hay muchísimas ocasiones en que uno tiene que restarse de actividades porque no tiene con quién dejar a los niños, o alguno de ellos está enfermo o simplemente tienes ganas de estar con ellos, pero hay otras veces en que solo estamos cansadas o con pocas ganas y creemos que usar a los niños como excusa es una gran opción.
El punto es que, al menos yo, creo que se nota cuando uno no es que esté realmente imposibilitado de hacer algo, sino que no está diciendo las verdaderas razones por las cuales está dejando de hacerlo – lata, frío, etc. – y comienza a generarse una sensación hacia esa persona, de que porque tiene hijos ya no hace nada con los amigos, y de ahí a la generalización y decir que a todas quienes son madres les pasa lo mismo hay un solo paso.
Yo fui mamá bastante antes que la mayoría de mis amigas y lógicamente uno se ubica en una etapa diferente, pero he intentado coordinar mis tiempos para seguir haciendo panoramas con ellas. No niego que muchísimas veces me pasa que llego a la casa y me da lata volver a salir, pero me hago el ánimo y parto y casi el 100% de las veces lo paso tan bien que me alegra el haberme obligado.
No es que uno esté tenga que decirle a todo que sí, para nada, pero al menos yo evito generar esa sensación de que porque ahora tengo niños ya no cuentan conmigo para pasarlo bien.
Link foto: Marcel Oosterwijk
