Las plazas y sus cosas malas

por Cux

Con estos días lindos hemos vuelto a la adicción de las plazas y parques. Vivir en departamento hace que todos queramos salir apenas aparece el sol, pero últimamente me he encontrado con situaciones muy raras que me han dejado pensando mal de estos lugares públicos. Nosotros en general vamos a una plaza al lado de mi casa que, aunque no tiene pasto, es rica para los niños porque se juntan varios de distintas edades, buena onda.

Pero también hemos recorrido varios lugares de Santiago buscando plazas. Ahí es donde nos hemos topado con gente no muy buena onda, o tan distintos a nosotros. Por ejemplo, aún me cuesta creer que haya mamás que no presten los juguetes que sus hijos llevan a las plazas. Yo entiendo las plazas como lugares de encuentro, entonces que les moleste que un niño de casi dos años juegue con la pelota de su hijo me produce por decir lo menos, rabia! Pero así ha sido, y me ha tocado que no dejen que mis niños se suban a su “motito” o que jueguen con su pelota.

Es como si lo único que fuera de todos sean los juegos propios de la plaza, porque no prestan sus cosas, ni dejan que sus niños se relacionen mucho con los demás. Raro, no? Harta mamá muy aprensiva y como esquiva y no entiendo bien por qué. Mis niños son súper adaptables, hablan con todo el mundo, no son peleadores y noto que obviamente no es solo con nosotros el problema. Como que solo comparten con quienes son asiduos a “esa plaza”.

No se trata de dejarlos solos, que hagan lo que quieran y se junten con cualquiera, pero siento que todas esas represiones hacen que los niños sean esquivos y egoístas, que se noten asustadizos o poco confiados.

Yo, en general no llevo ningún aparato, pero si llevo algo, entiendo que es para todos y es lo que les enseño a mis niños también. Si no quiere prestar sus juegos, mejor no llevarlos o quedarse en casa, solito. No?


DienteLeche