por Paty Leiva
Desde que mi hijo era muy chico, la pediatra me metió en la cabeza que los jugos no son para nada necesarios (igual que las galletas envasadas) y que siempre prefiriera darle agua. La verdad es que el valor nutritivo de un jugo-no-natural (en polvo, en caja, embotellado…) es bien cuestionable. La cantidad de preservantes y saborizantes siempre me han hecho desconfiar de ellos.
De las bebidas ni hablar, el mayor de mis niños tiene 7 años y nunca ha tomado. Probó Fanta el año pasado cuando estuvo en un club de verano y para la fiesta de cierre sólo había bebida. Nosotros somos adictos a la coca cola, pero eso no ha sido tema para él, le dijimos que los niños no toman bebida y siempre lo asumió así. Y es que el gas y el azúcar no son cosas que yo quiera para ellos.
Entonces, si uno no puede prepararles jugo natural todos los días del año, lo mejor es a mi juicio, inculcarles el hábito de tomar agua. Uno les hará un bien enorme si logra que ellos busquen solitos el agua cuando quieran refrescarse o sientan sed.
Para hacerlo entretenido en la mesa, me ha resultado bien usar botellas transparentes, ojalá bonitas o entretenidas y mantenerlas en el refrigerador, para que de esa manera la sietan aún más fresca y sabrosa. En Santiago al menos, el agua de la cañería no es para nada rica, pero con un filtro en la llave y bajando su temperatura, debo decir que el sabor mejora bastante.
En Casa Ideas siempre hay jarros bonitos, con un mango de color entretendo o esos que son como botellas de boca ancha con algunos diseños en relieve, y si no, sirve igual rellenar una botella linda de algún agua en envase de vidrio comprada antes.
También fue buena idea darles a cada uno de mis hijos una botella para que la rellenen y sea de uso personal, de algún color distinto en la tapa para que la diferencien. Hay unas bobble de tamaño chiquitito que a mi me encantan porque tienen filtro, duran harto y viene en colores.
Se viene la primavera así que con mayor razón, a tomar agua se ha dicho!