El dolor compartido

por magdalena

Durante el fin de semana le di muchas vueltas sobre si escribir o no de la muerte de la hijita de Benjamín Vicuña y Pampita. Me parecía que no había nada que yo pudiese decir que no se hubiese dicho, pero es tanta la angustia y pena que tengo por unos papás que solo conozco a través de la televisión, que me pareció que era lógico compartirlo con ustedes.

Lo han dicho – y también lo hemos dicho nosotros – un niño no puede morir. Creo que no hay nada más incomprensible en la vida y es por eso que el dolor se multiplica entre personas que tal vez no nos conocemos y sólo tenemos en común el amor que sentimos por nuestros hijos.

Siempre la muerte de un niño genera una pena mayor, pero al menos en mi caso creo que por tener una hija de la misma edad de Blanca Vicuña me ha golpeado con más fuerza que otras veces. Simplemente no puedo dejar de empatizar con esos padres y de abrazar y besuquear una y otra vez a mis niñitas, incluso más de lo que siempre lo hago.

Siento que no hay mucho más que decir ante este dolor inimaginable y sólo queda acompañar a los que quedan, a esos papás, hermanos, abuelos y amiguitos que compartieron por un instante la presencia de esos angelitos que nos dejan tan temprano.

Link foto: Angelo González


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